Juego limpio es una historia de amor. Jonna es artista plástica y Mari, escritora, y han compartido cuarenta años de vida. Respetan las reglas de convivencia que acordaron; el título alude, precisamente, al compromiso de mantenerlas vigentes. Viven en departamentos separados pero unidos por un ático, un territorio neutral que funciona como frontera de las respectivas independencias, a la vez que de vaso comunicante. Se podría creer que así la vida diaria es fácil porque cada una dispone de su espacio y, además, no tienen hijos; sin embargo, durante los meses de verano comparten una cabaña diminuta en una isla solitaria y esa situación no les causa molestias ni desagrado. Son felices a su manera: tienen en común el gusto por las tormentas, el cine, algunas charlas sobre sus infancias, los viajes, tanto como la decisión de afrontar los deseos propios y los de su pareja; también los celos, las obsesiones y ciertos miedos, como el miedo a la vejez y la decrepitud.
Jonna y Mari son amantes, compañeras, a la vez que artistas aliadas: se critican y apoyan en sus procesos creativos. Con el tiempo, las cosas van cambiando, pero se mantiene lo que las caracteriza y define como pareja: las ganas de viajar y explorar, el sentido de lo artístico y lo lúdico, la curiosidad y una gran ética del trabajo.
Juego limpio está formada por 17 capítulos cortos, autónomos, separados por grandes elipsis, que alumbran ese amor, basado en el compañerismo y el respeto por la individualidad. Se parece a otra novela de Tove Jansson, El libro del verano, no solo porque está estructurada con capítulos que pueden leerse como cuentos independientes sino por la potencia de lo que narra. Ingresar en su universo permite apartarse del mundo desalmado, de seres humanos mezquinos, y vivir ─mientras dure la lectura─ en otro, pacífico y respetuoso, pero sobre todo, en un sitio creativo, donde se privilegia el arte como una forma de interpretar el misterio de la vida humana al tiempo que de contrarrestar lo negativo o doloroso. Esa interacción entre la vida y el arte está representada por dos personajes basados en la propia autora y Tuulikki Pietilä, la mujer que fue su amante y compañera. Ellas se espejan como lo hacían la abuela y la nieta en El libro del verano, pero ese espejo, a la vez, distinguía, al igual que en Juego limpio, los límites entre cada una.
Traducida del sueco por Christian Kupchik, este libro habla sobre la comunicación entre los amantes, de los compromisos que se contraen en la vida en pareja y, sobre el dar y el recibir pero sobre todo, del amor.
Reseña publicada en El Diletante 25 de mayo, 2022
Juego limpio
Tove Jansson
Traducción de Christian Kupchik
Cía naviera, 2021
127 págs.